jueves, 28 de junio de 2018

Círculos de Construcción de Paz para Personas Privadas de Libertad.


Como saben MEDIARÉ está trabajando voluntariamente en el Centro Penitenciario Femenil de Saltillo desde hace un mes y la labor que hemos estado haciendo es el de llevar los procesos de círculo a las personas privadas de libertad (por sentencia o proceso), para el efecto de generar un espacio en el que puedan construir mejores vínculos interpersonales, explorar emociones, reflexionar sobre aspectos de reto, y reconocer características positivas propias con la finalidad de que encuentren auto-motivación y auto-dirección que fortalezca la mejor versión de ellas mismas hacia el día en que, en libertad, regresen a sus hogares, a sus familias, y a sus comunidades.

Ayer, 27 de junio de 2018, nuestro círculo tuvo momentos muy especiales de reconocimiento, agradecimiento, auto conocimiento, y sanación, Sara Guerrero (presidenta de MEDIARÉ) y un servidor, podemos dar constancia del poder de este proceso, mismo que se construye no principalmente con los elementos materiales de objeto de habla, pieza de centro, etcétera, sino con la facilitación profesional y, sobre todo, la participación franca, sincera, respetuosa, y generosa de todas las personas que toman parte.

Si es la primera vez que lees este blog, te comparto un poco sobre los círculos de construcción de paz (CCP). Estos procesos están basados en costumbres tribales de los pueblos originarios de Norte América, y se centran en ideas tales como la existencia la sabiduría de grupo, y en que al ayudar a los demás nos ayudamos nosotros mismos. Pranis (2005)* señala que los círculos abordan a la persona humana de manera holística, atendiendo los aspectos espirituales, emocionales, físicos, y mentales de los participantes.

Los CCP se estructuran alrededor de valores y reglas que los mismos involucrados habrán de aportar, y el facilitador pone las condiciones básicas para que todas las personas que participen se hagan responsables de lo que sucede dentro de este espacio, por otro lado, el uso de una pieza de habla permite que nadie se adueñe del proceso y que por lo tanto sea más democrático ya que todos tendrán la misma oportunidad de hablar y ser escuchados.

En el Centro Penitenciario Femenil de Saltillo tenemos dos grupos de veinticinco participantes, lo que corresponde al total de la población del Centro, a lo largo del mes dos personas han salido en libertad por lo que ahora contamos con cuarenta y ocho participantes, muchas son originarias de Saltillo y su zona conurbada, algunas de otras ciudades al interior del Estado, de otros Estados de la República, y una de otro país centroamericano. Todas son madres, hermanas, hijas, esposas, todas reconocen haber tomado decisiones con consecuencias negativas, todas ven con esperanza el día en que volverán a casa.

Los CCP en este Centro se están llevando a cabo en sesiones semanales cada miércoles al filo de las dieciséis horas, el proceso de ingreso pasa por tres puntos de seguridad, luego del tercero entramos al patio central, y de ahí al área común de visitas, salón techado sin puertas (por seguridad), pintado en color blanco, con muy buena iluminación natural y por la ausencia de puertas, bastante bien ventilado, cada una de las compañeras participantes tiene que traer su silla, y nos toma menos de diez minutos estar listas para comenzar.

Los únicos objetos que nos permiten ingresar son la pieza de centro, la pieza del habla, hojas, cinta adhesiva, marcadores, y nada más, en el primer punto de revisión dejamos cintos, reloj, celular,  y cartera. También por cuestiones de seguridad tenemos que usar vestimentas en colores que no sean azul, rosa o caqui. Dejamos nuestras pertenencias e intercambiamos una identificación oficial por un gafete de visitante, en ocasiones nos toca ingresar con personas de otras asociaciones que van también a realizar actividades con las personas privadas de libertad del Centro.

A lo largo de los últimos seis años he podido facilitar un gran número de CCP, cada uno especial por sus propias circunstancias y alcances, empero hay algunos que destacan, como el del día de ayer en el Centro Penitenciario Femenil de Saltillo, estoy agradecido con cada una de las compañeras que han decidido participar de estos procesos, por todo lo compartido y por darse la oportunidad de emprender un camino que saque la mejor versión de ellas mismas, por lo aprendido, por la esperanza, y por la posibilidad de ayudar a mi comunidad.


* Pranis (2005). The little book of Circle Process, Intercourse: Goodbooks.



PS. Si te interesa entrenarte en CCP, Kay Pranis estará otra vez en Saltillo para dar dos entrenamientos en el tema.

2 comentarios:

  1. También creo fielmente en los procesos de círculos de paz, he tenido la oportunidad de facilitar los círculos. Y el aprendizaje es mutuo. Felicidades por contribuir.

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    1. ¡Muchas gracias, y felicidades también por la contribución!

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