martes, 4 de abril de 2017

El valiente y malas.

Cultura y Conflicto.
Por Santiago Quiroz
Twitter: @lic_santiago



El día de hoy tuve oportunidad de hablar, ante más de 150 jóvenes de la escuela de bachilleres Ateneo Fuente, de la Universidad Autónoma de Coahuila, por invitación del Maestro Ernesto Duque, sobre dos temas que me apasionan: la Cultura y el Conflicto.

Sobre Cultura algo he aprendido a través del entrenamiento y la experiencia de más de veinte años como voluntario con Youth For Understanding de México. YFU es una organización sin fines de lucro que promueve el entendimiento intercultural a través de la experiencia del intercambio estudiantil (fue con ellos que tuve oportunidad de vivir uno de los años más entrañables de mi vida, de 1996 a 1997, en el norte de Bélgica).

A través de esta experiencia, y muchos entrenamientos,  entiendo que la cultura es el conjunto de ideas, valores y costumbres que un grupo de personas tienen en común, y, para ilustrar un valor que compartimos en común en México, como cognición del abordaje del conflicto, hablo de un personaje de la lotería, considerando que este juego de mesa es un reflejo de nuestra cultura.

En la lotería hay un personaje, que en una mano empuña una navaja y tiene la otra lista para el ataque, con la camisa abierta para dejar ver el pecho inflado, y con un semblante iracundo... el valiente. Es de llamar la atención que la violencia se pueda entender como un valor. El diccionario de la Lengua Española entrega como acepción de violento la siguiente:  Que actúa con ímpetu y fuerza y se deja llevar por la ira.

¡No sabes con quién te metiste!, pero hay un Dios, arrieros somos y en el camino andamos, esto no se va a quedar así, etcétera... expresiones que apuntan a que en México tenemos comportamientos muy en consonancia con el de el valiente, vamos, en nuestro país no es atípico que haya conflicto hasta porque a uno lo ven: "¡¿Qué me ves?!"

Esto puede explicar el porqué en nuestro país las personas resuelvan sus conflictos, por regla general, a través de la confrontación, por mérito de la autotutela o la heterocomposición, esto es, a través del ejercicio de la fuerza o el sometimiento de la controversia a una potestad decisora que adjudicará a uno de los contendientes la razón.

La solución pacífica de los conflictos también es realidad en nuestro contexto cultural, empero es un camino menos transitado, porque la cultura pesa en nuestra toma de decisión (Festinger), en la historia que nos contamos frente al conflicto (Bruner), y en la elección de la forma en que solucionaremos la disputa (Alcalá-Zamora y Castillo).

Sería magnífico que se bautice a ese personaje de la lotería como el violento, para que desestimemos la belicosidad como valor, para que nuestros comportamientos se ajusten y sean unos que apunten en menor medida a la confrontación, ¿o no?

Gracias a los alumnos del Ateneo Fuentes por su magnífica convocatoria y atenta escucha, espero que estas reflexiones que tuve ocasión de compartir con ellos hoy en la conferencia, y con Usted a través de esta entrada, permita que reconsideremos nuestro abordaje cultural del conflicto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario