“Voy a
asumir mi rol de mediadora, por lo que no voy a intervenir, pónganse de acuerdo
ustedes…”
En alguna ciudad de algún estado de la república Mexicana, durante el trámite
de un proceso de justicia laboral se escuchó a la persona encargada de intentar
advenir a las partes para que resuelvan el problema mediante un acuerdo, decir,
palabras más, palabras menos, lo siguiente:
“Voy a asumir mi rol de mediadora, por lo que no
voy a intervenir, pónganse de acuerdo ustedes…”, dicho lo anterior bajó su
mirada y se puso a revisar las aplicaciones de su teléfono móvil, luego de algunos pocos minutos en que las
partes permanecieron en silencio confundidas por la actitud de la facilitadora,
esta volvió a hablar, y les preguntó: “¿cómo van?, ¿ya se pusieron de acuerdo?”
Es lamentable que este tipo de situaciones sucedan. Es triste que desde lo
público se de a pie a la devaluación y desprestigio de procedimientos como la
mediación y la conciliación (entre otras formas de justicia alternativa), al
nombrar personas que carecen de la formación, la experiencia, y las características
personales ideales para fungir como facilitadoras.
Se dice que una de las peores formas de corrupción que hay en México es
aceptar un cargo para el que no se tiene el perfil ni la preparación, y tratándose
de estas situaciones en que a personas improvisadas se les confiera
atribuciones de facilitadores es especialmente negativo, por dos razones:
- Se atenta contra el derecho humano de acceso a la justicia ya que lo que se estará haciendo no será mediación o conciliación, sino una lamentable simulación.
- Además significa un lastre para la difusión de las bondades de la solución alternativa de los conflictos, por la impresión que se da de los MASC como algo empírico o improvisado.
Algunas personas piensan que el funcionario público se formará en el cargo,
lamentablemente esto no es así, mucho menos en un tema especializado como los
mecanismos alternativos de solución de controversias, lo que en verdad sucederá
es que aquellas personas que lleguen al cargo sin reunir los requisitos
profesionales y personales idóneos aprenderá a simular que saben, y terminarán
actuando como la actuó la persona del ejemplo citado en esta entrada.
A quien estas líneas lee le comparto, si a usted le ha tocado presenciar
una “mediación” o “conciliación” en las que la persona facilitadora se comporte
como en el ejemplo les tengo que confirmar, esto no es mediación ni conciliación,
es una lamentable muestra de falta de ética, por asumir una función pública para
la que no se tiene formación alguna, es un desperdicio de recursos públicos
porque se está devengando un salario por hacerle como que sí sabe, y es un desmérito
a quienes desde hace años trabajamos en avanzar el tema como una opción
confiable y profesional de resolución de conflictos.
Para que usted pueda detectar algunas de las malas prácticas de estas
personas que asumen cargos de facilitadores sin estar preparadas, aquí algunos
otros ejemplos de lo que no deberían hacer:
- Amenazar para que se llegue a un acuerdo, “a usted le conviene arreglar porque si no en juicio le puede ir peor”.
- Presionar a las partes para que elijan una opción de solución, “va a tener que pagar como quiera, pida prestado o venda algo para que cumpla”.
- Juzgar a las partes, “se nota que usted no es muy dado a decir la verdad, hace rato dijo que su salario era de doce mil pesos mensuales, y ahorita acaba de decir que eran diez…”
- Confrontar a las partes, “ahora que hemos escuchado a Juan, ¿qué tienes que decir Raúl?
- Negociar en posiciones o regatear, “ a ver, te están pidiendo doscientos mil pesos, ¿los puedes pagar?, o ¿quieres hacer una contrapropuesta?
- Tomar partido, “es muy razonable lo que te están ofreciendo, considéralo, no vaya a ser que después tu abogado no te pueda conseguir lo mismo en juicio”.
- Permitir desequilibrio, al dejar que solo una de las partes entre con acompañante, o con abogado.
- Permitir desequilibrio, al dirigirse a una de las partes de Usted, y a la otra de tu.
En fin, el ejemplo inicial de esta entrada sucedió hace menos de una
semana, y me fue compartido el sábado 8 de septiembre de este año, sobra decir
que me sentí sumamente apenado, por lo que decidí escribir estas líneas que
deseo sirvan para aclarar que no todo lo que se presenta como mecanismo
alternativo de solución de controversias realmente lo es, y para re encausar la
lamentable situación a forma de advertencia sobre las malas prácticas que se
pueden dar en el tema.
Este es un tema interesante, escuchando ambas partes de la moneda he conocido personas que se han enfrentado a tener un facilitador que "no sabe", pero tambien me he encontrado con facilitadores muy preparados que no hacen la mediación como la conocen por que NO TIENEN TIEMPO, ya que les piden que alcancen un número específico de ACUERDOS de Mediación por mes y para poder lograr el indicador acaban haciendo otra cosa menos Mediación.
ResponderEliminarLa que señalas es una situación terrible, también he podido capacitar a facilitadores de diferentes estados del país, y puedo confirmar que cuando la institución trabaja para la estadística se hace que los facilitadores que sí están preparados tengan que decidir no aplicar su conocimiento con tal de sacar más acuerdos, el acceso a la justicia no es maquila.
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