Aixin-Juelo Xuanye, fue el emperador de China de 1654 a 1722 durante la dinastía Qing, y fue bautizado como Kangxi, una derivación en mandarín de lo que en castellano sería "Civiles viviendo una vida que es saludable, pacífica, próspera y abundante."
Para Kangxi, la resolución de los conflictos interpersonales e intergrupales debería de lograrse, para los buenos ciudadanos, a través de la vía del diálogo y la concertación. Ya que si la única forma de resolución de las controversias consistía en la adjudicación contenciosa, el sistema de tribunales enfrentaría un aumento espantoso de demandas.
La idea anterior es verdad para los sistemas de justicia orales que privilegian la inmediación, la concentración, la continuidad y la publicidad, puesto que la forma en que estos procesos podrán llevarse con irrestricto respeto a los mencionados principios depende de que haya pocos juicios, que del universo de conflictos por los cuales sea posible accionarse (e iniciar el movimiento del engranaje jurisdiccional), solo en pocos casos de hecho suceda.
Entonces, para que un sistema de justicia oral pueda funcionar habría las siguientes alternativas:
- Que todo conflicto sea resuelto a través de juicio: esto es, que la forma única de resolver las disputas sea proceso, lo que provocaría la necesidad de instalar un numero elevado de letrados y personal que le asista, a efecto de atender la demanda exhorbitante de solución de conflictos a través del pleito judicial.
- Que haya salidas al proceso: esto es, que las personas enfrentadas por una diferencia puedan tener a su alcance vías diversas al juicio y que a través de ellas puedan también resolver su controversia, de tal suerte que no sea necesario incrementar el aparato jurisdiccional.
El sistema de justicia penal acusatorio y oral en México cuenta con cuatro salidas al proceso, entre ellas los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, empero otros sistemas de oralidad en nuestro país adolecen de caminos distintos al juicio, por lo que es previsible que más pronto que tarde sea necesario ampliar el número de juzgadores o establecer en lo adjetivo alternativas al litigio.
Volviendo al emperador Kangxi, les comparto, sobre el tema de esta entrada del blog, una cita del libro El contrato, Gangxi y la resolución de los conflictos en China:
El emperador, considerando… el carácter litigioso del Chino, es de la opinión de que las demandas tenderían a incrementarse a un grado espantoso si la gente no tuviera miedo de los tribunales y si se sintieran confiados de encontrar en ellos justicia expedita y perfecta… Los ciudadanos buenos que pudieran tener dificultades entre ellos deberían arreglar como hermanos al acudir al arbitraje de una persona vieja o cabeza del pueblo. Y para aquellos que son problemáticos, obstinados y litigiosos, déjenlos que se arruinen en los tribunales; esa es la justicia que les corresponde.
Una opinión aún vigente y válida, ¿o cómo ve Usted?
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